Colombia en 3 semanas
En esta entrada cuento nuestro viaje por Colombia durante 21 días. Colombia es un país multidiverso, con una naturaleza muy variada, en el que se puede visitar la selva, playas paradisíacas en la zona del Caribe, la costa del Pacífico, altas montañas, glaciares, plantaciones de café y pastizales, ciudades coloniales, pequeñas villas de montaña o ciudades modernas en continuo crecimiento. El viaje por Colombia es seguro para el viajero y el país está adaptado para el turista extranjero, siempre con el cuidado aconsejable y sabiendo que se puede caer en pequeños timos, pero en general el trato de su gente es excepcional y contagia su forma de vida alegre y tranquila, a veces demasiado tranquila, siembre paciencia, las cosas llevan su ritmo.
Es necesario un pasaporte en vigor, si se va a conducir hay que llevar el carnet internacional y antes de entrar en el país es necesario llevar la cartilla de vacunación con la fiebre amarilla vigente y es recomendable tomar la vacuna de la fiebre tifoidea y profilaxis de malaria únicamente si se va a zonas muy profundas de la selva amazónica. Es posible contraer otras enfermedades como como el denge el chikunguña o el zika que son endémicas en algunas regiones del país, pero no tienen vacuna, se transmiten por mosquitos por lo que también es recomendable llevar un antimosquitos como el Relec; los alojamientos suelen tener mosquiteras. Recordad siempre llevar seguro de viajes completo.
La temperatura es variable en el país, muy caluroso y tropical en la zona caribeña; sigue siendo calurosa y húmeda en Medellin y Antioquia y el valle del Cocora pero algo más fresca por las noches y en Bogotá, a mayor altura sobre el nivel del mar, es más continental con temperaturas más bajas alrededor de 15º.
Los desplazamientos internos los hemos realizado en avión, las distancias son largas, las carreteras regulares y la conducción peligrosa, es recomendable el avión. Hay varias compañías de avión con vuelos domésticos, las mejores son Avianca y Latam pero también usamos Easyfly sin problemas. La moneda en uso es el peso colombiano (COB) y recomendamos llevar dinero cambiado o sacar en el aeropuerto porque en muchos sitios no aceptan tarjeta o esta no funciona, no tuvimos problema con la N26 pero la Bnext no nos funcionó, además en algunos sitios no hay cajeros o tienen comisiones altas; eso sí no llevéis todo el dinero encima por seguridad.
Nos compramos la tarjeta sim en Claro. Sale muy bien la tarjeta nos costó 10000 COP y cogimos la recarga de 20 días con 1G de datos y llamadas ilimitadas por 20000 COP. En total unos 9€ cada uno y ya tenemos teléfono colombiano.
Primer día en Colombia, paseo por Bogotá y viaje a Rosa del Cabal
Eran las 5:30 y no podíamos dormir más por el desajuste horario, teníamos el despertador a las 6am, nuestra idea era levantarse siempre a esa hora aproximadamente porque sale el sol a las 5:30 – 6 y a las 8 ya está todo abierto. Bajamos a desayunar, desayuno buffet del hotel, mucha fruta siempre. Decidimos dar un paseo por la zona, teníamos un par de horas antes de ir al aeropuerto. Dimos un paseo por la zona G y por El Barrio de Chapinero. Ya había mucho movimiento por las calles, mucho ajetreo y mucho tráfico. La zona era segura y nos dirigimos a la iglesia de la virgen de Lourdes, llovía ligeramente y hacía fresco. Entramos en la Iglesia donde estaban acabando la misa, nos sorprendió que hubiese un hombre de seguridad en la puerta. Continuamos el paseo la zona G es una zona residencial con chalés todos ellos con vayas con alambre electrificado.

Nos volvemos al hotel y hacemos el check-out. Esta vez iremos en Uber al aeropuerto, 41000COP, fuimos con Armando, muy majo nos contó muchas historias. Ojo porque Uber está prohibido y Armando nos recogió en un coche que ponía transporte de pacientes, todo muy rocambolesco.
El aeropuerto de El Dorado es un aeropuerto moderno y con muy buenos servicios. Hicimos el check-in rápido y fácil igual que el control. Nos tomamos un café el Juan Baldes, cafetería colombiana tipo Starbucks y una arepa riquísima y cogimos el vuelo con Avianca a Pereira
Llegamos a Pereira con media hora de retraso y algo de hambre. El aeropuerto de Pereira es muy viejo y anticuado, sin ventanas, ni aire acondicionado, pequeño y abarrotado. Se está construyendo una nueva terminal moderna. Sacamos dinero en el cajero con la N26 y nos encontramos con nuestro conductor que reservamos con el hotel, Omar, que nos cobraba 50000COP para llevarnos al alojamiento, Marcelandia, una finca pasando Santa Rosa del Cabal. Cruzamos Pereira, la capital del eje cafetero y en 30 minutos estábamos en Santa Rosa. Omar nos enseñó el monumento principal del pueblo los machetes más grandes del mundo, no hace falta traer machetes a Santa Rosa porque ya te dan ellos los machetes. Pasamos por la plaza central con la iglesia y continuamos por el pueblo hasta llegar a un extraño edificio que era el templo del Santuario de La Medalla Milagrosa con la cristalera más grande de Sudamerica según nos contaron. En 10 min estábamos en Marcelandia situada en la vía a los termales, una carretera llena de alojamientos turísticos y restaurantes. Al llegar teníamos hambre por lo que decidimos comer en la finca. El sitio era precioso, una casa colombiana con una finca con caballos y unos lagos con peces para pescar. Nos pedimos unos chorizos típicos de Santa Rosa, que son los más ricos y típicos de Colombia. Estaban ricos. Los acompañamos de zumo de guanábana y zumo de lulo, muy ricos también, el primero dulzón y el segundo más ácido.
Tras comer y dado que eran casi las 17h y faltaba poco más de una hora para anochecer nos levantamos para que Omar, que nos estaba esperando, nos llevase a los termales de Santa Rosa, estaban a media hora, lis últimos 5 km por un camino de tierra y Omar nos cobraba 50000COP. Yo quería ir a los termales de San Vicente, más naturales, pero estaban más lejos, a más de una hora y era demasiado lejos a esa hora.
Al llegar a los termales comprobamos que el sitio es precioso, estaba atardeciendo y la luz era perfecta. Se podría hacer un book de fotos en ese sitio. Tiene unos jardines con platas tropicales y palmeras con un camino de piedra y un riachuelo con pequeñas cascadas. Al final se encuentran los baños termales y sobre ellos lo más bonito del lugar, la cascada de unos 40 m de altura. Dejamos las cosas en la consigna. Bañador y nos fuimos a los baños. Había bastante gente, pocos extranjeros. Los baños en si no son muy especiales, 3 piscinas de agua caliente con 2 restaurantes de comida rápida bastante mala y un spa donde ponen mascarillas de barro.
Estuvimos 3 horitas a gusto a remojo y llamamos a Omar que nos vino a buscar. De vuelta en Marcelandia nos fuimos a dormir porque tocaba madrugar a las 4 am nos venían a buscar para ir al PNN de los Nevados y subir al Nevado de Santa Isabel.
Subida al Nevado de Santa Isabel
Hoy iba a ser el día más duro de nuestro viaje, pera también iba a ser un día muy especial con una experiencia increíble. Nos levantamos a las 4 am porque nos venían a buscar a las 4:30, nosotros fuimos con Montain trips colombia. La empresa da a elgir el lugar de recogida entre alojamientos de Pereira, Manizales o Santa Rosa del Cabal. Para subir al Nevado Santa Isabel, que se encuentra dentro del Parque Nacional Natural de Los Nevados, es necesario un guía para estar en el parque.
Puntuales a las 4:30 estaban en la puerta para recogernos nuestro guía Cesar y el conductor. El viaje iba ser duro y lo sabíamos por 2 motivos, la duración de 3 horas y media de viaje en un 4×4, en el que íbamos 6 viajeros, el guía y el conductor; subiendo por un camino de tierra en malas condiciones; y por el ascenso qué haríamos hasta los 4900m de altitud. Sorprendentemente, al final lo peor no fue el mal de altura, que apenas nos afectó, sino el viaje en coche. Ha sido el peor viaje en coche en que hemos ido y probablemente vayamos a ir. Se sube hasta el PNN únicamente por un camino de tierra en muy malas condiciones con piedras, barro y en ascenso por lo que íbamos continuamente zarandeándonos, saltando e intentando no darnos con la cabeza en el techo del 4×4 que iba a unos 10km/h. Si imagináis un viaje duro por un mal camino deciros que será peor de lo que imagináis. A las 6 amaneció y pudimos empezar a ver el paisaje por dónde viajamos, primero un bosque frondoso y posteriormente un páramo para pasto de ganado bovino. Antes había bosque pero la zona había sido deforestada hace más de cien años para su uso para la ganadería. En la zona se ven granjas aisladas y a los ganaderos en los prados ordeñando a mano a las vacas. Nos contaron que se levantan cada día a las 3am para ordeñar y se pasan horas, después ponen la leche sobre burros o caballos y lo transportan a su casa. A la vuelta, ya al atardecer los vimos de nuevo ordeñando a las vacas. Una vida dura, aislada de todo en estas montañas ya a más de 3mil metros de altitud.
Seguimos ascendiendo y a la hora y media paramos para un pequeño descanso, muy necesario. Aún quedaban hora y media para llegar al desayuno. Continuamos el camino por medio del bosque preandino y los prados con vacas. En la lejanía se veían los pueblos y ciudades en los valles y la cordillera por la que estábamos ascendiendo. La belleza del paisaje compensaba la dureza del viaje.

A las tres horas de viaje alcanzamos el hospedaje de montaña donde recibiríamos nuestro desayuno compuesto por arepas, chocolate caliente hecho en agua, un bollo de pan y huevos revueltos. El desayuno fue sencillo pero nos dió fuerzas… comenzábamos.
Nos dirigimos caminando a la cabaña del guarda del parque a las puertas del PNN cerca de la cabaña de desayuno. Previamente en la reserva con la compañía ya nos pidieron todos los datos y ellos se encargaron de hacer la reserva con antelación para nuestra entrada en el parque, a pesar de ello es necesario llevar el pasaporte y apuntar nuestros nombres. Antes de entrar el guarda nos da una breve explicación sobre el parque compuesto por 14 volcanes y con 4 glaciares o nevados y sobre la regresión que algunos de ellos están sufriendo por el cambio climático. El nevado más grande es el Nevado de Ruiz pero no se puede acceder al el por tratarse de un volcán activo cuya erupción hace unos años mató a miles de personas por la avalancha que se produjo y causó grandes estragos.
Ahora si comienza la bueno. Comenzamos el ascenso junto a otro grupo y 2 guías. La ruta a pie no es compleja, la mayor parte de la ruta tiene un camino bien marcado y el resto es de dificultad moderada, pero estábamos a 3850 m de altura e íbamos a llegar al borde del glaciar a 4690 m y nosotros nunca habíamos estado a tanta altura por lo que no teníamos ni idea de cómo iba a reponder nuestro cuerpo.

A 3850m de altitud había una sensación térmica de frío, el cielo estaba cubierto de nubes y había niebla. Nos habíamos preparado para el frío y trajimos en nuestras mochilas ropa de montaña que no volveríamos a usar en el resto de viaje por Colombia. Se recomienda calzado de montaña, camiseta y pantalón térmico, un jersey, pantalón de montaña, abrigo, guantes y algo que cubra la cara y la cabeza. César nos dió los palos de treking y la comida para cada uno, además de un poncho para el agua en caso de que lloviese. Aún que es el trópico a esa altura ibamos a estar cerca de los 0 grados y la sensación térmica cerca del Nevado es de mucho frío.

Durante el ascenso César nos explica los cambios en la vegetación según vamos ascendiedo, las diferencias entre páramo alto, medio y bajo y más arriba el paramillo, terreno con roca volcánica cubierto de musgo y pequeños arbustos.


A lo lejos se puede ver el Nevado de Ruiz, rodeado de una nube que no se marchaba nunca, posteriormente pudimos ver que eran gases y vapor que emanaba el volcán.

El final de la subida hay un par de cuestas más empinadas y a algunos compañeros del grupo les empieza a efectar la altura, pero por suerte no es lo suficiente grace y todos podemos continuar. César va haciendo pequeños descansos cada 200m de ascenso para beber o comer algo pequeño y reponer fuerzas. Es importante hacerlo aunque no te notes cansado o no tengas dado que debido a la altura siempre hay que estar bien hidratado y subir lentamente aunque haya fuerzas para correr más.

Finalmente llegamos al valle glaciar y al fondo se apreciaba el el glaciar. La imagen es espectacular a la par de desoladora dado que se puede commprobar el rápido retroceso del glaciar en los últimos años. Según avanzamos en las piedras está apuntado hasta donde llegaba el glaciar cada año y actulmente había retrocedido cientos de metros. A la velocidad actual es posible que desaparezca en menos de 10 años.

Fuimos hasta el pie del glaciar pero hacía mucho frío con la ropa que llevábamos por lo que no aguantamos más que 10 minutos desgraciadamente.

Por lo que comenzamos a bajar. El paisaje de montaña es inhospito, silencioso, solo el sonido del aire en nuestros oídos y montañas en el horizonte. A veces se puede contemplar el condor volar pero nosotros no tuvimos esa suerte.

Es una experiencia inolvidable y muy recomendada si os vais a Colombia, no la dejéis pasar. Colombia es multidiversa y a parte de playa y selva también sorprende poder subir momntañas de casi 5000m y ver glaciares.
Salento y visita a hacienda cafetera
Otro día de nuevo levantamos a las 6, nuestro horario habitual dado que en España son las 12 de la mañana por lo que no era tanto madrugar. Salía el sol y se escuchaban los gallos cantar. El paisaje por la ventana era precioso.

Eran las últimas horas en Santa Rosa del Cabal y tocaba dirigirse a Salento. El desayuno comenzaba a las 8 pero al estar despiertos y tras preparar las cosas para irnos estuvimos al sol en la finca viendo los pájaros y cómo sacaban los caballos y en definitiva disfrutando de la naturaleza y el entorno idílico. Queríamos hacer la ruta a caballo y habíamos quedado con Omar, el conductor, a las 09:45 para que nos llevase a Salento. Amablemente la cocinera del restaurante nos preparó el desayuno antes de abrir a las 8, tinto (café colombiano hecho con los granos de café sobrantes y de mala calidad azucarado para darle un mejor sabor), arepa, tostadas y revuelto de huevo. Ya comidos, hicimos la ruta en caballo, había 15 min, 30 min y 1h. Hicimos la de 30min porque no teníamos más tiempo, precio 30000COP. El paseo fue por los alrededores de la finca. Éramos todos principiantes pero los caballos eran muy mansos y obedientes y se sabían la ruta de memoria pues ese era su trabajo.

Al acabar ya nos estaba esperando Omar que nos llevó a Salento. El viaje duró 1h y 15min, nos cobró 100000COP. Nuestra experiencia es que es mejor ir con conductor, las carreteras están bien pero conducen muy mal y rige la ley del mas fuerte. De camino había que pagar peaje 12000COP.
Llegamos a las 11:15 a nuestro alojamiento por 2 días en las afueras de salento: Ecohotel Piedemonte. A nuestra llegada nos quedamos anonadados por la belleza del lugar, mejor de lo que esperábamos y de lo que mostraban las fotos en la web. En recepción nos explicaron que ver en salento y nos dieron indicaciones para volver caminando de la finca cafetera y la vuelta por el Cócora y cómo llegar y desplazarnos por la zona. Muy amables.


Nos fuimos a Salento y como teníamos reservado el tour cafetero en la Hacienda de El Ocaso a las 15 h teníamos tiempo para dar un paseo por Salento y comer allí. Salento tiene como todos los pueblos colombianos una plaza central con una iglesia, la plaza de Simón Bolívar como correspondía, y en el centro está la estatua a caballo del mismo. La iglesia del pueblo no tenía nada en particular pero el edificio del ayuntamiento si me pareció bonito, era un edificio típico colombiano con los maderos pintados de azul y las paredes blancas, además estaba la comisaría de policia y una docena de restaurantes, además de puestos callejeros y mucho bullicio. En la plaza es dónde se cogen los Willis, vehículo usado en la zona para el transporte de turistas a distintos destinos. Los coches son Jeeps antiguos usudos hoy en día para llevar turistas por caminos y carreros. Hay una caseta donde compras el billete para el viaje, preguntamos el horario y el Jeep a las fincas cafeteras salía a las 14h.

De la plaza central sale una de las calles más turística de toda Colombia, la Calle Real con múltiples puestos de artesanía, joyas, sombreros, souvenirs, cafeterías y restaurantes.


Al final de la calle se encuentran las escaleras para subir al mirador, stiene cientos de escalones pero merece la pena, arriba de todo se puede contemplar el pueblo y bajando a la izquierda hay otro mirador precioso desde donde se ve El Valle de Cocora y las vistas son los impresionantes.


Hacía mucho sol y un calor asfisiante, bajamos y fuimos a comer a un sitio que nos había recomendado Omar, el restaurante Andrea, comimos trucha al ajillo. El sitio es un restaurante poco vistoso de puerta verde en la calle rea, y aunque la trucha no sabía a ajo como decía su nombre, la trucha estaba deliciosa y por solo 16000COP, de acompañamiento la dueña nos trajo jugo de maracuyá riquisimo también.

Satisfechos con la comida vamos a la pl de Simón Bolívar a coger el Jeep a la finca cafetera. El Jeep es compartido cuesta 3000COP y van subiendo turistas hasta que no caben más, literalmente, subimos 14 y nosotros tuvimos que ir de pie atrás. Se sale del pueblo y se va por un camino de tierra y el conductor va parando en las distintas fincas.

Finalmente llegamos a finca El Ocaso que era la última en el viaje. La finca es un edificio de madera muy colorido, típico edificio colombiano y con un olor a café en el ambiente. El tour nos costó 20000COP. Haríamos el tour tradicional de 1h30min. Nosotros lo reservamos con antelación pero se puede coger allí mismo. Hay varias horas al día en español, primero a las 9 am y último a las 15h y en inglés, último a las 16h. Además del tour tradicional hay el tour especial más largo y completo. En el tour Sebastián, el guia del tour, nos enseñó el proceso del café, nos dio un canastito y lo primero fue enseñarnos las diferentes variedades de árboles de café y de granos de café y el proceso de plantación, crecimiento y abono de las plantas. Después nos invitó a recoger granos en las plantas de café pero como no era temporada casi todos estaban verdes y no eran válidos, pero fue entretenido estar en el medio de las plantas. Después nos enseñó el proceso de selección, lavado y secado del grano y finalmente nos prepararon un café filtrado que estaba riquísimo, sin azúcar ni leche ni adictivos con un sabor afrutado buenísimo.
Eran las 16:30 compramos una bolsa de café en grano de la finca y volvimos caminando de vuelta al hotel por El Valle. El camino nos llevó 1h50 min y llegamos cuando se estaba haciendo de noche.
Al llegar al hotel nos tomamos una limonada de coco y una cerveza Club Colombia, estaba buena y supo a gloria. Nos relajamos en el jardín del hotel hasta irnos a dormir a las 9pm para mañana estar descansados para ir al Cocora.

Salento y Valle del Cocora
Arriba otra vez a las 6am. Tomamos un desayuno con tostadas con tomate y huevos revueltos preparados por Fernando y la encargada de la finca nos consiguió un willy particular que nos llevaría desde el alojamiento hasta El Valle del Cocora. Nos costó 46000COP los 4. Desde Salento en un Jeep compartido cuesta 4000COP cada uno pero teníamos que esperar por el bus que nos costaría 1200COP, por lo que decidimos que era más cómodo y rápido ir en Jeep propio.
Llagamos al Cocora a las 9 am. Al lado del aparcamiento de Jeeps hay varios alojamientos muy simples, tiendecillas de souvenirs y de comestibles, donde compramos unos bocadillos de guayaba, además, hay una cafetería gourmet. Al llegar nos asaltan para que cojamos los recorridos a caballo pero no nos interesa. Comenzamos a caminar para comenzar la ruta. En el pueblo nos llamó la atención la presencia del ejército colombiano por lo que la seguridad era alta. Saliendo del pueblo en dirección contraria a Salento, a la derecha se encuentra el comienzo del camino de ascenso por el bosque de palma de cera con una caseta a la entrada donde cobran 4000COP por persona para la entrada al valle dado que el camino pasa por una finca privada.

Las palmas de cera son un tipo de palmera que pueden llegar a medir 60m y son el árbol nacional de Colombia. Comenzamos a subir por la escarpada ladera entre las impresionantes palmas, la pendiente subida es de vértigo y las vistas al llegar arriba increíbles. Continuamos ascendiendo hacia el primer mirador Del valle y posteriormente salimos a camino principal y continuamos por el medio de un bosque de Niebla.



El tiempo estaba nublado y la temperatura era agradable, por suerte no hacía sol que haría más dura la caminata. La abundancia de la naturaleza es increíble y no había 2 árboles iguales juntos, plantas de todos los colores y de múltiples formas.

Al llegar arriba se encuentra el refugio de montaña, las vistas del valle rodeado de montañas son increíbles. El refugio tiene chocolate caliente, agua y refrigerios. Nosotros paramos a comer el bocadillo y beber algo de agua y seguimos nuestro camino ahora cuesta abajo.

El descenso es precioso por el medio de bosque selvático frondoso lleno de riachuelos. No nos esperábamos un lugar tan bonito. Continuando el descenso se llega al río Quindío que cruzaremos en varias ocasiones por encima de troncos y puentes colgantes.

Nos sorprendió que se puede hacer la ruta a caballo, no esperaría que un caballo pudiese pasar por esos caminos escarpados en medio de tanta vegetación. Al ser domingo había bastante gente. Al llegar a la zona de los colibríes varios españoles que salían nos recomendaron no ir dado que había mucha gente por lo que los colibríes eran difíciles de ver. Además llevaba media hora llegar desde la entrada que cuesta 5000COP. Seguimos las recomendaciones y no fuimos, dimos vuelta y seguimos el río Quindío por el camino a través del bosque hasta salir a una prado con vacas de vuelta al Cócora. Al salir nos cobraron 3000COP cada uno.

Pasamos por el criadero de truchas y tras 12km completamos el recorrido en 5h y estamos de vuelta en Cocora. Fuimos al aparcamiento de Jeeps y cogimos uno de vuelta por 4000COP cada uno, de nuevo iba lleno, éramos 14 + el conductor y nos tocó de nuevo ir de pie detrás.
Llegamos a Salento reventados y fuimos a comer una trucha a Dónde Laurita, restaurante que nos habían recomendado y el más concurrido del lugar, trucha + patacón 22000COP, el patacón era gigante, lo acompañamos de limonada y unos chorizos de entrante, todo riquísimo pero no tanto como la trucha de ayer. Al acabar nos hacía falta un café, queríamos uno bueno, no tinto, para espabilarnos, hay varias cafeterías «gourmet» en la calle real y nos tomamos unos cafés y unas tartas en La Postre, estás cafeterías suelen tener unos precios similares a España, es decir caros para ser Colombia. Dimos vuelta por Salento donde hay tiendas de artesanía, sombreros, joyería barata, bolsos Wayuu, bolsos de la Guajira, productos de madera y cuero y mucho más.
Para volver al hotel fuimos a la estación de buses a las afueras del pueblo y cogimos el primer bus que salía dado que todos pasaban por Boquia, donde está nuestro hotel. Cómo es la primera parada te puedes subir a cualquier bus que haya sitio y toca ir de pie. En 15 minutos estábamos para relajarnos en el jardín del hotel.
Isla grande y la laguna encantada
La laguna encantada es una experiencia única. Se encuentra en Isla Grande en el archipiélago de islas coralinas Islas del Rosario. Es un de las mejores vivencias en Colombia. La laguna estaba en la otra punta de la isla a más de una hora caminando desde nuestro alojamiento (Ecohotel El Hamaquero) por lo que no era posible ir por cuenta propia. El ecohotel ofrece un tour en canoa a la laguna por 45000COP por persona y decidimos ir con ellos. A las 18:30 con el sol en el horizonte sobre el mar y sin más ruido que las olas del mar emprendemos nuestro camino con 2 guías del establecimiento. Íbamos a ser solo 2 parejas, solo hacía falta bañador y muchas ganas, gafas de snorkel nos las presta el hotel. Caminamos 10 minutos por la isla hasta llegar a una de las «lagunas» internas formadas por agua del mar que se introduce dentro de la isla coralina. La marisma estaba con el agua absolutamente en calma y rodeada de manglares. Nos subimos a los botes de remos, había un bote para cada pareja. Nuestro guía comenzó a remar, todo estaba en absoluto silencio solo se escuchaba el ruido del agua en cada palada, fue genial ir sin motor, una experiencia muy relajante con la única luz del remanente del sol ya bajo el horizonte. Al acabar la primera laguna nos introdujimos por un canal estrecho entre los manglares hasta llegar a una segunda laguna. El agua estaba templada y la temperatura ambiental era cálida pero agradable. Nos adentramos de nuevo entre los manglares y salimos de nuevo a otra laguna. Pasaríamos por última vez entre los manglares pero esta vez era más oscuro, el sol había desaparecido y los manglares eran más densos, encendimos una pequeña linterna y continuamos. El espacio para pasar era el justo para la embarcación que nuestro guía maneja perfectamente conocedor del terreno. La última laguna daba salida al mar. Nos adentramos en el mar totalmente a oscuras pero estaba calmo y a una temperatura entre 25-30 grados. Fuimos bordeando la costa pasando por varios alojamientos turísticos y casas particulares hasta llegar a la laguna «encantada». El guía continuó remando adentrándose en la laguna hasta llegar a un pequeño muelle donde bajamos de las canoas. Había unas 20 personas disfrutando del lugar.
Nos pusimos las gafas de snorkel y nos lanzamos al agua. Nada más tocar el agua vinos las luces fluorescentes verdosas que se intensifican con los movimientos. Se trata de un mecanismo de defensa del placton. Al sumergirse en el agua se pueden escuchar los chasquidos que produce el propio placton, parecido al de los famosos peta zetas. En la laguna no se da pie, la profundidad es entre 2 y 3 m.
La noche era perfecta para el espectáculo. Cuanto más oscuridad más brilla y no había luna llena solo el cielo lleno de estrellas después de que fueran desapareciendo las nubes que encapotaban el cielo. Había una gran cantidad de estrellas y se podían ver algunas nebulosas e incluso pudimos ver un par de perseidas pasar fugazmente.
No sabemos el tiempo exacto que pasamos en la laguna nadando sobre luces verdes y bajo el cielo estrellado.
Volvimos de nuevo en las canoas. Ya era noche cerrada y a volviendo pudimos ver las luces fluorescentes producidas por el placton en los pasadizos entre los manglares y los túneles.
En definitiva es una experiencia inolvidable, no solo la observación del placton sino también el paseo en canoa por el manglar.
Isla grande es una isla paradisíaca compuesta por corales en la que a parte del tour de la laguna encantada se puede hacer todo el snorkel que se quiera, incluido en la zona donde está el avión derribado de Pablo Escobar, kayak alrededor de la isla, visitar el pueblo, padeo surf, un tour en canoa por los manglares de día o simplemente relajarte tomando el sol y escuchando las olas del mar o bañándote en sus aguas turquesa.
Nota: no tenemos fotos del tour al no poder llevar cámara o móvil. Abajo fotos tomadas desde Ecohotel el Hamaquero
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