Islandia, roadtrip en 2 semanas

Preparativos antes de salir

Os contamos nuestro viaje de 15 días por Islandia haciendo la Ring Road y «algo más». Nosotros lo hicimos en sentido contrario a las agujas del reloj, pero hacerlo en un sentido o en otro es indiferente, se vivirá una experiencia igual cambiando el orden.

Fechas

Decidimos ir a finales de junio y principios de julio, nos pareció un buen momento para ir. Se recomienda ir entre junio y septiembre por las temperaturas. A inicios de junio suben las temperaturas, se produce el deshielo y se abren todas las carreteras del país, incluidas las carreteras tipo F, y se puede circular libremente por toda la isla. Además, también se abren algunos campings y otros establecimientos cerrados hasta la fecha, hay más actividades deportivas y al aire libre y también muchos más eventos disponibles. Por otro lado, en junio, todavía no es temporada alta y por lo tanto no hay tanta gente como en julio o agosto. Pero sobre todo los que nos ha convencido, es que a finales de junio los días son muy largo, tan largos que nunca se hace de noche por lo que tendremos 24 horas al día para poder visitar la isla y adaptar el horario a las inclemencias del tiempo y nuestro cansancio.

Vuelos

Una vez elegidas las fechas toca buscar vuelos. Varias compañías aéreas ofrecían vuelos directos desde Barcelona a Reykjavik (Keflavik) cuando fuimos. Actualmente solo Vueling vuela a Islandia y esperamos que Norwegian continúe con la ruta directa. En nuestro caso fuimos con Vueling y volvimos con Norwegian. El vuelo tiene una duración de 4h y media. Hay que recordar que cuando lleguemos a Islandia habrá dos horas menos de diferencia.

Transporte

Hay diferentes formas de viajar por Islandia pero en nuestro caso nos decidimos por la campervan, lo motivos fundamentales para nuestra elección fue la libertad que ofrece este medio transporte para poder visitar un país desbordante de naturaleza pero con un tiempo muy cambiante que te puede traer precipitaciones y frio cuando no te lo esperas. La campervan te permite ir a tu ritmo, por donde tú quieras y sin horarios fijos ni rutas marcadas; si hay un sitio que te gusta en plena naturaleza puedes parar a comer allí mismo, si quieres pasar más tiempo en algún sitio o directamente no tienes un plan establecido podrás parar a dormir en uno de los 170 campings distribuidos por todo el país y si un día las inclemencias meteorológicas no te han permitido disfrutar de tus planes puedes esperar a que pase la lluvia o el frío o volver a atrás. Islandia ofrece una gran oferta de compañías locales e internacionales de alquiler de campervans, campervans 4×4 y autocaravanas. Nosotros por presupuesto y por ruta que habíamos planificado escogimos una campervan normal, pero si tenéis interés en ir por las tierras centrales por carreteras F sería mejor una campervan 4×4 o un 4×4 con tienda de campaña según el presupuesto. Si se viaja en familia o en grupo más grande otra opción es la autocaravana con un precio muy superior. Ir en coche con tienda de campaña nos parece una peor opción porque por su climatología, Islandia no es el mejor sitio para dormir sobre el suelo, además por precio la campervan sale muy rentable.

En nuestro caso nos decidimos por el alquiler con LAVA auto y alquilamos una Nissan NV200 Camper, acondicionada por ellos como campervan perfecta para 2 personas. Lo hicimos a través de la página de motorhome Iceland aunque también se podía a través de lavaauto.is.

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Imagen: web Lava Auto, más adelante os enseño nuestra Campervan

La Campervan es una de las formas más económicas y en nuestro caso los 15 días de alquiler nos costó 1292€ en total. La reserva la realizamos con mucha anterioridad, en marzo, por 2238€ pagando un 20% por anticipado, pero unas 2 semanas antes del viaje vimos que el precio se había reducido considerablemente por lo que contactamos con la empresa y no nos puso ninguna pega en hacer el cambio, para lo cual cancelamos la primera reserva y realizamos la nueva a un precio mucho mejor (86€ al día).

A llevar en la maleta

Una vez escogidas las fechas, los vuelos y la campervan ya solo quedaba prepararse para el viaje, para ello lo más importante es ir con ropa de abrigo impermeable y calzado adecuado. Es recomendable ir con varias capas de ropa, siempre una camiseta térmica por dentro y un impermeable por fuera y un calzado resistente (bota de montaña, no calzado de correr). Además es fundamental llevar un chubasquero y pantalón chubasquero o poncho siempre en la mochila porque el tiempo es muy cambiante y se puede pasar de sol a lluvia en minutos o soplar un viento muy fuerte en algunas zonas. Más información sobre el tiempo en vedur.is, página de información meteorológica del país muy completa. También hay la web de información de carreteras road.is para ver las condiciones en directo y conocer de antemano si están abiertas o cerradas al paso.

Móvil y llamadas

En Islandia hay roaming por lo que podemos utilizar el teléfono y los datos durante nuestra estancia, por lo que contamos también con la ayuda de Google Maps aunque también llevamos igual el GPS para el coche aunque. La cobertura es bastante buena incluso en lugares remotos aunque no en todos.

Moneda y pagos

La moneda del país es la Corona Islandesa (ISK). No es necesario llevar dinero cambiado y posiblemente no necesitemos llevar efectivo en todo el viaje. En todos los lugares se puede pagar con tarjeta de crédito o débito, no solo en los más turísticos, si no en todo el país, en gasolineras, supermercados, campings e incluso en cafeterías en los lugares más remotos, no encontramos un sitio donde no hubiese pago con tarjeta. Se puede ir tranquilo que la tarjeta de crédito siempre será válida. En todo caso, en casi todos los núcleos de población hay cajero.

Por último fundamental llevar una buena cámara de fotos porque los paisajes son impresionantes.

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Landmannalaugar

Mapa con el recorrido:

[googlemaps https://www.google.com/maps/d/embed?mid=1gZVuor9mW6zBSWc5Uj5E4HycTm3Xq575&hl=gl&w=640&h=480]

Llegada al aeropuerto de Keflavik, campervan y primera noche

Llegamos a las 21 horas, hora local. A nuestra llegada todavía era de día y nunca se haría de noche durante nuestra estancia, dado que el sol se ponía a las 12 y salía a las 2, pero en esa franja de 2 horas no terminaba de anochecer, había un atardecer que se terminaba convirtiendo en un amanecer sin que llegase a desaparecer el sol. El clima era el esperado en Islandia, 3-4 ºc, nublado y con lluvia ligera. Nos vino a buscar el personal de Lava Auto y nos llevó a su base a 10 minutos en el pueblo de Keflavik. Todo fue rápido y fácil, tenía el seguro CDW incluido (lo habitual) y el de robo, probablemente innecesario dado que es uno de los países más seguros del mundo. Además añadimos el seguro de protección de lunas y bajos, recomendable debido a que parte de las carreteras son de tierra o gravilla y al cruzarse con otros vehículos pueden salpicar pequeñas piedras que dañen las lunas. También ofrecían el seguro de «sand and ash» que el propio personal nos dijo que no sería necesario y el de protección total que consideramos que era caro y esperábamos no necesitar.

Nos fuimos en búsqueda del primer camping. Pensamos en ir a dormir porque estábamos cansados y era tarde. A esa hora ya todo estaba cerrado y el próximo día queríamos ver la península de Reykjanes.

Buscando camping nos dirigimos al camping de Gardur donde no había nadie, posteriormente sabríamos que en la mayoría de los campings a partir de ciertas horas no habría nadie atendiendo y que cobran al día siguiente. Islandia no está «preparado» para el turismo más allá del Golden circle, con poca infraestructura y pocas comodidades para los viajeros, y probablemente esa es uno de encantos y motivo por lo que nos gusta tanto. Es por ello que ciertos campings no son lo que esperaríamos. Hay campings que simplemente son un descampado o un prado de hierba para aparcar el vehículo con un baño y una pequeña cocina, aunque otros, generalmente en los pueblos más grandes y centros más turísticos, tienen instalaciones más completas.

Es obligatorio pasar la noche en un camping si se va en vehículo, únicamente se puede acampar en cualquier lado si se va sin vehículo a motor, caminando o en bicicleta. Todos tienen unas tarifas similares de alrededor de 10€ por persona, en algunos está incluida el agua caliente de la ducha y en otros no. En las zonas volcánicas el agua caliente suele estar incluida dado que sale caliente por el propio calor de la energía geotérmica de la zona, que aunque tiene un olor a azufre al final te acostumbras. En las zonas no volcánicas la ducha caliente habitualmente funciona con monedas, que te proporcionan en recepción si llegas antes de que cierren, y suele durar 5 minutos. Más información de los camping en Islandia en este enlace.

En camping de Gardur es de los más sencillos de la isla con únicamente un baño y un lavadero. Era básicamente un descampado y está en una zona muy ventosa, por lo que con el día de temporal que había, sin sitio para resguardarse, decidimos buscar otro camping por la zona. Simplemente buscando en google maps se pueden encontrar fácilmente otras opciones. Nos fuimos a Grindavik, pueblo pesquero al sur de la península de Reikjanes, y nos quedamos en el Camping Grindavik muchos más resguardado del viento y con ducha caliente incluida. Nos vino perfecto porque al día siguiente pudimos parar en el supermercado Netto, que hay en el mismo pueblo para abastecernos y desayunar.

Día 1: península de Reikjanes

La península de Reikjanes se puede recorrer en un día o incluso en menos tiempo. Fácilmente accesible desde Reikjavik o desde el aeropuerto de Keflavik, dado que este está en la misma península. Se trata de un territorio volcánico dentro de la falla que parte el país en dos. El paisaje de la península se caracteriza por los campos de lava y acantilados de roca volcánica lleno de aves marinas.

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Peninsula de Reykjanes. Foto tomada en el camping de Grindavik.

Aquí mas información sobre las placas tectónicas de un panel que vimos en la zona.

Ruta del día: https://goo.gl/maps/xd2Xfae9cUk

Al salir de Grindavik cogimos la carretera 425 que circula al lado del mar. La primera parada son los acantilados de Brimketill en el sur de la península. El campo de lava choca con el mar y forma estos acantilados de roca negra. Fue muy llamativo durante el viaje que a pesar de que Islandia es una isla en el medio de Atlántico no había oleaje y el mar estaba habitualmente calmo aunque fuese mar abierto (aquí justamente fue el único lugar con oleaje).

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Acantilados de Hafnarberg

Continuando por la carretera 425 llegamos a los campos de fumarolas y pozas lodo de Gunnuhver, tras pasar por la central térmica. En este campo está la poza de lodo más grande de Islandia con más de 20m de diámetro formada por el agua caliente que derrite la piedra del campo de lava y los gases de compuestos de azufre que emanan haciendo el agua ácida. Esta zona es patrimonio de la Unesco como gran parte de la Reikjanes. Para ver mejor las pozas y el todo el área hay pasarelas por la zona para seguridad el visitante. Es impresionante contemplar la fuerza de la naturaleza, en el viaje a Islandia se coge otra perspectiva sobre la naturaleza que no se puede ver en el resto de Europa.

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Gunnuhver

Antes de volver a la carretera nos dirigimos al faro de Reikjanes que está sobre una colina en el medio del campo de lava. Pasamos por él y llegamos a los acantilados de Valahnúkamöl en el extremo más alejado de la península, con el mar que pegaba más fuerte y moldeaba las rocas dejando formas más puntiagudas. Estos acantilados son zona de anidación y avistamiento de aves marinas.

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Acantilados de Valahnúkamöl

Volvemos de nuevo a la carretera principal y llegamos al puente entre dos continentes, puente de Miðlína, que está sobre la falla que separa la placa de América y Eurasia.

El día comenzó a ponerse más feo y a llover por lo que decidimos no ir al lago Kleifarvant ni el área geotermal de Krýsuvík y nos fuimos a Reikjavik a dar un paseo por su centro, en Islandia hay que tener siempre alternativas por si la meteorología no permite seguir los planes. Reikjanes aunque no lo acabamos de ver todo, fue un buen punto de inicio de lo que nos íbamos a encontrar en Islandia.

En Reikjanes se encuentra la Laguna Azul. Nosotros no fuimos porque habíamos mirado antes los baños termales que hay distribuidos por la isla y preferimos ir a otros menos conocidos que la Blue Lagoon. En el lago Myvant hay otros baños termales que salen a mitad de precio que la laguna azul y está menos concurrida al quedar en el noreste de la isla y por donde nosotros vamos a pasar. No obstante hay un número elevado de baños y pozas de aguas termales y está bien saber dónde están por si queremos entrar en calor en un día de frío.

Día 2: Reikjavik

Ruta en coche aqui.

Reikjavik es la capital del país y en ella viven poco más de 120mil habitantes, lo que supone un tercio de la población de todo el país. La ciudad está formada por edificios bajos de madera, con grandes parques y zonas verdes además de contar con un bonito paseo por la orilla del mar. No obstante, disfruta de un ambiente animado tanto de día como de noche además de que en ella se centran los principales eventos del país. El centro está lleno de tiendas, restaurantes, bares y está bastante concurrido.

Aparcamos al lado del principal hospital del país y visitamos el parque de Hljómskálagarður con su estanque de camino al centro de la ciudad. Pasamos por el Alþingi, el parlamento islandés, y el Radhus, el ayuntamiento, al lado del lago, caminamos por Laugavegur y la calle Skólavörðustígur hasta Hallgrimskirkja, la iglesia más conocida del país, y la estatua de Leifur Eiríksson, hijo de Erik el rojo y primer europeo en llegar a América, 500 años antes de Colón. La iglesia impresiona por la comparación de tamaño con el resto de edificios. Después fuimos hasta el paseo por orillas del mar donde está el Sólfar, o viajero del sol, escultura de barco vikingo y volvimos por el paseo marítimo pasando por el palacio de la Musica de Harpa. Para cenar tomamos una sopa de marisco dentro de un pan de centeno en Islandic Street Food y un plato conocido con The Fisherman Favorite basado que era un pure de bacalao, se podía repetir de todo ello y el precio era bastante barato considerando los precios de Islandia.

Después de ir no sabríamos describir Reikjavik, no es una ciudad inolvidable, no tiene mucho en especial, es pequeña y tranquila pero a lavez con gentio, pero no mucho, se está muy tranquilo paseando por ella y si entras en un bar o restaurante encuentras ambiente. Es moderna pero con edificios tradicionales, está al lado del mar pero se esconde de él. La definiríamos como una ciudad con encanto.

Para dormir decidimos avanzar en nuestra ruta y nos dirigimos al camping Reykjamörk Hveragerði situado al lado de la N1 antes de llegar a Selfoss. De camino nos paramos en un aparcamiento de la carretera N1 desde se veía las fumarolas de Reykjadalur. Literalemente contemplamos brotar vapores desde el interior mismo de la tierra através de la delgada corteza.

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Llegamos al camping a las 23:30 momento en el que cielo se despejó de nubes y salió el sol de atardecer. Entre las 0h y las 2h el sol está en un atardecer en el horizonte y el cielo está precioso de color anaranjado. Con el cambio de la situación meteorológica nos animamos a ir a la Zona termal de Reykjadalur. Fuimos en coche 10 minutos hasta el aparcamiento, donde a pesar de la hora había más de 10 coches, bajamos y nos pusimos a caminar, hacia las fumarolas.

La caminata son unos 45 minutos hasta llegar a la zona de baño, es una travesía fácil y apta para todos por un camino de tierra en muy buenas condiciones. Cerca del aparcamiento antes de subir la cuesta hay una zona de fumarolas y charcas de agua hirviendo, mejor no probar, están a más de 100 grados. Posteriormente subimos por el camino por una ladera y después ya el terreno se allana hasta llegar a la zona de baño en el medio de las montañas. En las fotos podéis comprobar esa luz del sol de media noche y en al última foto la zona de baño donde había grupos de islandeses pasando la noche. Una pena no haber llevado el bañador. A pesar de que ya eran la 1 de la mañana, a la vuelta nos cruzamos con más gente que iba a pasar el rato a las charcas, que parece que es en lo que pasan el tiempo los naturales de la zona en las noches del fin de semana. Como ya os había comentado las 24 horas de luz son toda una ventaja en esta época del año.

Dia 3: Circulo Dorado

Ruta en coche aquí.

El circulo dorado es la zona más turística de la isla por su cercanía a Reikjavik y la posibilidad de ver en un solo día varias de las atracciones naturales de Islandia más fotografiadas y conocidas. En esta zona está la zona de los Geyser y la cascada de Gullfoss, foss en islandés es cascada y por eso el nombre de todas acaba en foss. Si se va poco tiempo a Islandia es algo a hacer seguro, cuando te da tiempo a ver la isla de forma más amplia te encontrarás otras zonas que te gusten más.

Nos levantamos relativamente temprano, el día era de nuevo lluvioso e iría a peor. A pesar de que la zona que visitábamos hoy era la mejor acondicionada, las malas condiciones climatológicas hizo que fuésemos con los chubasqueros y los ponchos impermeables todo el día. Es recomendable llevar incluso unos pantalones impermeables sobre otros pantalones además de los ponchos para momentos de máxima lluvia y durante la visita a las cataratas.

Dado que nos encontrábamos en Hveragerði fuimos primero a la Zona geotermal de Hveragerði que es encuentra en el propio pueblo pero no son nada especial tras lo visto la noche anterior.

Con la lluvia tan fuerte que estaba cayendo decidimos cambiar de planes y nos dirigimos a la Secret Lagoon por la carretera 35 para pasar la mañana o hasta que escampase. La Secret Lagoon (Gamla Laugin) son unos baños termales naturales en Fludir a 20 minutos de Geyser. Están menos publicitados y por lo tanto menos concurridos. Gamla Laugin tiene una única piscina de unos 50×15 metros de aguas termales con una temperatura entre 35 y 40 grados en un complejo completamente naturales anexo a un edifico con cafetería y un vestuario excelentemente acondicionado. Coste 3000ISK unos 22€. Mejor ir por la mañana. Era una gozada el contraste entre el agua caliente de la piscina y el agua fría de la lluvia sobre nuestras cabezas.

Tras 3 horas a remojo nos dirigimos hacia el Geyser al medio día. Geyser se encuentra en un parque con pozas de agua caliente y al final de todo está el geyser, un chorro de agua caliente que se levanta alrededor de 50 metros aproximadamente cada 10 minutos. Es la zona más turística de la isla y está llena de buses que vienen con grupos. El acceso era gratuito y la entrada libre.

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Este cartel representa muy bien como los islandeses dejan la responsabilidad a los turísticas. es un país sin vayas o barreras, puedes ir a donde quieras siempre bajo tu responsabilidad.

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Decidimos comer en la zona. Enfrente había el típico restaurante con menú turista pero estábamos hambrientos y con frio. Nos comimos unas sopas que son siempre una buena alternativa, están calientes, ricas y son contundentes ya que llevan mucha mantequilla.

Siguiendo por la carretera 35 llegamos a Gulfoss en 10 minutos, ahí acaba la carretera asfaltada y a partir de ahí se encuentra una carretera F que se dirigen a las tierras altas o interiores. Al llegar hay un gran aparcamiento y una tienda de souvenirs. Hay que bajar por una camino acondicionado para llegar realmente hasta la cascada. Gullfoss es la cascada más caudalosa de Islandia de 32 metros de caída en el rio Hvítá.

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Lo más sorprendente es lo cerca que se puede ir, hasta prácticamente tocar el agua y ver toda la caída de la cascada desde arriba. El ruido que produce el agua al caer sobre el cañón del río e ensordecedor. Con el día de lluvia y el agua que salpica desde la cascada es necesario llevar poncho o chubasquero. Después de completar el viajes por Islandia pudimos hacer un top 10 de cascadas que visitamos, que fueron incontables, y Gullfoss no se encontraba bajo nuestro punto de vista entre las cinco mejores.

Es día estaba realmente feo por la lluvia por lo que decidimos no ir al parque natural de Þingvellir, donde se fundó el primer parlamento de Islandia y uno de los primeros del mundo. Además del antiguo parlamento también se encuentra la falla intercontinental, el lago de Þingvallavatn y la cascada de Öxarárfoss.

En  su lugar fuimos más hacia el oeste en búsqueda del siguiente camping, podíamos ir a Selfoss, pero decidimos ir hasta Hella y así el día siguiente estar más cerca de nuestro objetivo por lo que fuimos hasta Hvolsvöllur. Antes de llegar, por el camino paramos en la caldera de volcán de Kerid. Cobraban 400 ISK para acceder (unos 3€) pero nos cobraron mal y nos cargaron 40000 ISK en la tarjeta, tras 30 minutos para solucionar el problema vimos el primero de los volcanes del viaje, no era el más grande ni el más bonito pero fue el primero y nunca habíamos estado en un volcán antes. Se puede caminar todo alrededor de la cima y bajar hasta el lago que hay en su interior hasta la orilla de color azul claro.

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Volcan de Kerid

Finalmente nos dirigimos al camping de esa noche. Arhus Hellu es un camping bien acondicionado con una zona de cabañas, un restaurante y donde también se puede acampar con tienda o campervan.

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Día 4: Trekking en Landmannalaugar

Ruta en coche aqui.

Este era uno de los días más especiales en todo el viaje. Ibamos a Landmannalaugar. Landmmanalaugar es un paraíso en el centro de la isla entre los glaciares más grandes de Islandia. Gracias a su aislamiento es un lugar único. Una zona volcánica con campos de lava y de cenizas, montañas desnudas de roca volcánica en múltiples tonos (marrones, rojo, azules, verdosos…), pozas de agua caliente y de baños termales que le dan su nombre dado que Landmmanalaugar significa «el baño del hombre». En Landmmanalugar se puede realizar uno de los mejores trekkings de todo el planeta.

Para llegar a Landmannalaugar es necesario ir en un vehículo 4×4 dado que la pista para llegar es de tierra sin pavimentar y hay que atravesar zonas escarpadas, campos de lava, zonas arenosas y vadear ríos. Aquellos que tengáis 4×4 podéis ir por vuestra cuenta. Nosotros fuimos en un bus 4×4 con la compañía Trex. Sale desde Reikjavik y hace parada en Selfoss y Hella, aunque tiene más paradas. Nosotros decidimos ir por nuestra cuenta en coche y cogerlo lo más lejos posible, así era más barato e íbamos menos tiempo en el bus. Fuimos por la carretera 26, que forma parte de la ruta del bus y lo cogimos en la parada de Leirubakki donde hay un camping y un hotel y se puede dejar la campervan aparcada. El coste ida y vuelta fueron 19000 ISK por persona. El bus llegó puntual a las 8:40, se trataba de un bus viejo, de al menos 30 años, adaptado para atravesar las Tierras Altas con suspensión alta y ruedas más grades y tracción a las cuatro ruedas. El viaje fue cómodo y el paisaje de camino excepcional, volcánico, inhóspito, lunar, como solo es posible encontrarlo en Islandia, una consecución de campos de lava y ceniza, con una mezcla de colores grises de la ceniza, marronáceo y rojizo de las montañas de roca desnuda sin ningún árbol ni vegetación, atravesados por ríos de aguas cristalinas provenientes del glaciar.

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Camino a Landmannalaugar. Foto tomada desde el bus
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rio atravesado por el bus, podeis ver un 4×4 delante de nosotros

Se llega a un campo base en el que hay un camping y un aparcamiento donde aparcan todos los buses. El camping es básico con baños, mesas para comer y una pequeña tienda dentro de un viejo autobús. Se puede pasar la noche en el camping si se quiere disfrutar más tiempo de la zona ya que Landmannalaugar es el punto de llegada y salida de múltiples rutas de montañismo. Allí hay un punto de información que ofrece detalles sobre las diferentes rutas que se pueden realizar.

Nos decidimos por una ruta circular de unas 4-5 horas de nivel medio. La ruta empieza subiendo por una montaña de rocas desnuda sin nada de vegetación con momentos de verdadero vértigo en algunos puntos de subida escarpada y por la cercanía al borde. Una vez llegada a la cima las vistas de las montañas de la zona en distintos tonos son inolvidables. Continuamos cruzando zonas con una capa ligera de nieve hasta bajar por la parte de la ladera menos escarpada hasta llegar a un rio con agua del glaciar y dirigirnos al campo de lava pasando por una zona de fumarolas. Tras 4-5 horas de caminata volvemos al campamento algo antes de tiempo dado que tras un día de intenso sol, el primero desde nuestra llegada, estaba comenzado a llover. La experiencia ha sido increíble, caminar por una zona tan inhóspita, infinita hasta donde la vista alcanza y con un paisaje volcánico único y sin cruzarte con nadie en horas.

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Inicio del ascenso por una ladera escarpada. Será la parte más complicada de la ascensión.
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Ruta de dificultad media, pendiente escarpada sin ayudas.
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Inicio del ascenso
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Segumimos subiendo, pero ya pasó lo peor. El calor aprieta por el esfuerzo
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Abajo véis el campamento base y se observa el camino de subida. La foto muestra el campo de lava que llega hasta el campamento
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Cumbre. Impresionantes vistas. Soledad en la naturaleza más salvaje
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Volvimos en el bus y tras recoger la campervan nos fuimos hasta Hvolsvöllur, un pequeño pueblo en la intersección con la N1 con una gasolinera y un supermercado, más pequeño que Hella, pero dado que estaba lloviendo queríamos avanzar para el día siguiente estar unos kilometros más cerca del siguiente destino.

Con idea de descansar y dormir fuimos hasta el camping de Hvolsvöllur, Tjaldsvæðið Hvolsvelli, fue el peor en el que estuvimos en toda la ruta. Es un simple descampado que con lo lluvia caida estaba anegado y se había convertido en un pantanal. Aparte solo tenía un par de duchas con agua caliente de pago, 300ISK, por lo que si no tienes monedas no te podías duchar dado que no había nadie atendiendo, y una cocina de 2×2 sin utensilios y sucia. Además tenía únicamente cuatro árboles por lo que no había protección posible de la lluvia o el viento, una mala noche, aunque con el cansancio Vimos una peli y a dormir. Eso sí, la dueña apareció al día siguiente solo para cobrar, sin ni siquiera bajarse del coche.

Dia 5: El día de las Foss, día de cataratas.

Ruta en coche aquí.

Comenzamos el día y nos dirigimos por la carretera 261 hasta la primera foss que veríamos, Gluggafoss. Una cascada de 44 m en el río Merkja, por lo que también es conocida como Merkjafoss. Lo especial de esta cascada es que el agua al caer con fuerza ha erosionado la roca creando agujeros en la pared en forma de ventanas a través de las cuales se puede ver la propia cascada. Eso hace el efecto de que la cascada tiene ventanas y de ahi su nombre, Gluggar significa ventana en islandés.

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Gluggafoss

Continuamos la ruta por la carretera 250 para volver a la N1 donde vemos por primera vez los extensos campos de una flor violeta, la Lupina de Alaska. Es un planta de fácil crecimiento introducida para evitar la erosión del suelo desnudo sin vegetación que había, pero precisamente por su fácil crecimiento se encuentra fuera de control y se extiende por el sur de Islandia donde se pueden encontrar extensos campos violetas. El hecho es que los campos son bonitos de ver porque el color es muy vivo e intenso pero la planta está considerada como invasora. 

En la N1, en un desvió, por la carretera 249, se encuentran las siguientes «foss» del día, las dos juntas, Gljufrabui y Seljalandsfoss. Son dos de las cascadas más especiales de Islandia. Aunque ya no forman parte de Golden Circle todavía están cerca de Reikjavik por lo que nos encontramos a mucha gente.

En primer lugar fuimos a Gljufrabui. Lo más impresioneante de esta foss es que puedes entrar hasta debajo de ella, para ello hay atravesar una grieta en la pared a través de la que sale el río saltando de un piedra a otra. Una vez dentro hay una gran roca sobre la que cae el agua y se puede presenciar toda la fuerza del agua cayendo y el estruendo que produce. Imprescindible llevar chubasquero o poncho para protegerse del agua.

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Gljufrabui

Nos dirigimos caminando a la vecina Seljalandsfoss, una de las «foss» más conocidas y concurridas. La cascada cae sobre una pequeña poza creada por la propia caída del agua. Es un espectáculo por su altura y sobretodo es especial porque se puede pasar por detrás de al caída del agua, dado que la roca se mete hacia adentro y hay un sendero que transita entre la pared y la caída del agua. Importante una vez más el poncho o chubasquero.

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Antes de irnos nos tomamos un cafecito para entrar en calor ya que estaba siendo un día frío y húmedo. Hay muchos cafés en la isla, algunos de ellos en lugares remotos. El café que se sirve suele estar bueno y la mayoría de los sitios tienen pasteles y bizcochos a elegir, muy recomendables aunque muy caros, como el resto de cosas.

Quedaba una «foss» más, la última del día: Skogafoss, pero antes una parada en el camino para comer. Con el día que llevamos empapados por la lluvia y con algo de culpa por nuestra parte por acercarnos a las cascadas, nos decantamos por comer de caliente y en un sitio bien. Por el camino, en la N1, se encuentra el restaurante-granja Gamla fjósið. Entre el mar y Eyjafjallajökull, volcán cuya nube de ceniza paralizó Europa en el 2010 y puso a Islandia en el mapa y con ello paradójicamente aumentó el turismo en la isla.  En esa zona depositó sus cenizas y se encuentra este restaurante construido en un antiguo establo de vacas en el que se sirven los productos de su granja, principalmente a base de ternera. Nos comimos una hamburguesa y un bocadillo de ternera tras la siempre recomendable sopa del día. Claramente, Islandia no es el lugar más adecuado para hacer dieta.

Skogafoss, situada en el pueblo de Skoga en un desvío de la N1 bien indicado, es una cascada de unos 60m de altura y más de 20m de ancho que se puede ver desde la propia N1. Tras el aparcar en el aparcamiento del camping se va caminando por al lado del río hasta llegar a la cascada, de hecho, es posible acercarse mucho a ella, sin limites, hasta donde cada uno quiera llegar. Una vez ahí hay un sendero con escaleras en el lateral para subir hasta lo alto de la cascada y contemplar la caída del agua.

El sendero que sube por el lateral de Skogafoss es el comienzo de una de las rutas de senderismo más espectaculares de Islandia, Laugavegurinn, una ruta en 4 etapas que llega hasta Landmannalaugar desde Thorsmörk, un páramo yermo y volcánico ineludible para aquello que le guste el senderismo de montaña o el trekking. Si se añade otras 3 etapas a la ruta llegaríamos desde Skogafoss hasta Thorsmörk, por una ruta llamada Fimmvördahals que atraviesa Godaland, un paraje que se encuentra entre los glaciares de Eyjafjallajökull y Myrdalsjokull. Debe de ser una experiencia inolvidable pero en nuestro caso no teníamos tiempo y solo podemos soñar que algún día lo realizaremos. Más información aquí o aquí 

En el pueblo de Skoga hay un camping con vistas a Skogafoss pero nosotros decidimos seguir adelante en nuestro camino, en todo caso parece un camping muy recomendable por el atractivo del paisaje y por poder dormir con el estruendo de la cascada al fondo.

Ya era tarde, las 11 pm pasadas, y nos quedaba una última parada: Solheimajoküll, una lengua del glaciar Myrdalsjokull, accesible por la carretera 221 desde la N1. Al llegar hay un aparcamiento y un café que a esas horas se encontraba cerrado. El glaciar se encuentra al fondo de una laguna helada, un paisaje bucólico. En nuestro caso el primer glaciar en todo su explendor que veíamos pero no sería el último en el viaje.

Finalmente llegamos a Vik, destino final de un día muy completo, cansados nos dirigimos al camping. El camping de Vik es grande y está bien equipado con un número grande de parcelas con suelo de gravilla y con cocina y baños nuevos y limpios. Las duchas son de pago con monedas. Cuando fuimos estaba en obras de ampliación, construyendo bungalows y ampliando el edificio. Muchos Otros campings estaban ampliándose en esta época de aumento del turismo. Es evidente que los servicios son deficitarios para la afluencia de turismo en ascenso y poco a poco se está aumentando la oferta. Hay que tener en cuenta que con la poca población de la isla eso llevará tiempo, aunque se puede encontrar muchos extranjeros trabajando en el sector del turismo y de hecho nos encontramos con bastantes españoles en varios campings y restaurantes. Probablemente el encanto de Islandia radica en que no se masifique y no toda la isla se convierta en el Golden Circle.

Dia 6: Costa sur

Ruta en coche aquí.

Al día siguiente dimos tras desayunar y a hacer la compra en el supermercado de Vik. Dimos un paseo hasta la playa de arena negra de Vik, Reynisdrangar. Estaba completamente vacía y tranquila, lucía el sol y el mar estaba calmo.

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Playa de arena negra de Vik

En la ruta de hoy comenzamos volviendo hacia atrás para ir a la playa de Reynisfjara, la más conocida de Islandia y que se encuentra cogiendo al carretera 215 desde la N1 antes de llegar a Vik. Tras pasar por alguna granja llegamos a la playa. Reynisfjara es un playa de arena negra catalogada en múltiples rankings como una de las playas más bonitas del Mundo. Es una playa kilométrica en mar abierto, ese día había olas de 2-3m y soplaba bastante el viento, perfecto para dar un paseo por la orilla. En el acceso se llega a unos acantilados a cuyos pies hay unas columnas de basalto blanco fascinantes. Además, en el mar frente al acantilado hay unos islotes espigados de piedra de más de 30 m de altura conocidos como Reynisdrangar, en la cultura islandesas cuentan las leyendas que son trolls de piedra.

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Volvemos a la N1 pero por poco tiempo. Pasando Vik, antes de llegar a los campos de ceniza nos desviamos por una carretera de tierra que lleva hasta þakgil, un cañón rodeado de montañas. Se encuentra un camping, donde no íbamos a pasar la noche pero queríamos ir de todas formas para ver el paisaje que lo rodea. La carretera era de tierra, barro y en algún tramo de ceniza pero transitable con un vehículo no 4×4. De camino las vistas son espectaculares con montañas, ríos y la planicie de fondo. Tras aproximadamente 20 km paramos en un descampado desde donde se veía todo la planicie de ceniza, formada por el deshielo del glaciar y las erupciones volcánicas, el paso del río Múlakvísl, el promontorio Hjörleifshöfði, una pequeña montaña de piedra en el medio del campo de ceniza que sería nuestro próximo destino y el mar al fondo. Que mejor sitio para cocinar con el camping-gas y comer con esas vistas… a pesar del viento. Tras pasar un rato allí y después de comer decidimos volver hacia atrás sin llegar a nuestro destino pero faltaban otros 10-20 km y la carretera se complicaba, de hecho nos encontramos con un bus lleno de turistas holandeses atrapado intentando dar vuelta porque no era capaz de pasar por una curva cerrada en una cuesta bastante empinada, lo tenía difícil para dar vuelta dado su tamaño.

Posteriormente desde la N1 nos dirigimos a Hjörleifshöfði, el promontorio que nos queda a nuestra derecha y la cueva que hay debajo de él, con el mismo nombre.

Tras un tranquilo paseo por el túmulo, bajamos y vimos la cueva, que no tiene nada especial, de hecho lo que me dejó prendado fue el campo de ceniza negra casi infinito que hay, ese terreno totalmente plano e inhóspito no nos dejaba de impresionar.

De vuelta al coche, la N1 atravesaba el campo de ceniza y posteriormente por lo campos de lava petrificada. Su extensión atrapa, mirar al horizonte y ver todo ceniza y lava petrificada es un ejemplo de lo grande que es la naturaleza. Advertir que los campos de lava están protegidos y no se puede pisar ni ir por ellos más allá de las zonas señalizadas.

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Campo de lava

Nos dirigíamos a Kirkjubæjarklaustur, donde planeábamos pasar la noche. Pero antes hicimos otra parada obligatoria en Islandia: Fjaðrárgljúfur. Un cañón de unos 100 m de alto y 2 km de largo por el que pasa el río Fjaðrá rodeado de un páramo asombrosamente verde (Islandia es un tierra de contrastes en pocos kilómetros). Aparcamos en el parque que hay en la zona y caminamos por un camino de tierra que va por el lateral del cañón, con un repecho al inicio, por el medio de la hierba verde y como siempre en Islandia sin vayas que se interpongan, permitiendo ver todo el paisaje en su esplendor, únicamente no acercarse demasiado al borde.

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NOTA: esta señal simboliza lo que los islandeses no quieren que los visitantes hagamos. No os preocupéis hay baños cada pocos kilómetros por la N1.

Kirkjubæjarklaustur, es la única parada posible entre Vik y Höfn. Al llegar queríamos ir a ver Systrafoss, una cascada que sale de Systravant, un lago sobre una colina al lado del pueblo mismo, pero el tiempo había empeorado y estábamos cansados así que al llegar al pueblo tomamos un café en systrakaffi, que parecía un sitio que estaba bien para cenar y después pasamos la noche en el camping del pueblo. Un camping con cabañas y bongalows, cocina amplia, baños de pago y buenas instalaciones.

Dia 7: Skatafell y Jökulsárlon

Ruta en coche aquí.

Desde Kirkjubæjarklaustur lleva una hora hasta Skatafell, nuestra siguiente parada. Sería uno de los días más especiales del viajes. Continuamos viajando por la planicie desolada de rocas negras, Skeidarársandur, el llano y agreste terreno de rocas y sedimentos producidos por el glaciar que hay entre el glaciar y el mar, el territorio más grande de este tipo que hay en el mundo. Por el medio de ese terreno durante unos 50 km pasa la N1 y no hay nada más. El gran glaciar de Vatnajökull se refleja sobre las montañas continuamente en nuestro horizonte, es el glaciar más grande de la isla, y desde la N1, a nuestra izquierda, sobresalen a lo lejos alguna de las lenguas del glaciar entre las montañas, entre ellas la más grande de todas Skeidarárjökull.

Llegamos a Skatafell, un parque nacional con una zona de camping y un aparcamiento, es una zona ideal para excursiones de un día por la zona. Nosotros teníamos reservada una excursión por el glaciar con Artic Adventures que nos costó 9490 ISK cada uno, habíamos reservado por la tarde pero cambiamos la actividad al mediodía sin problemas. Alquilamos las botas allí dado que no teníamos botas que agarren por encima del tobillo, necesarias para anclar los crampones que usaremos para subir por el hielo del glaciar. Nos llevaron en un minibus hasta la zona del glaciar y realizamos una caminata de 30 minutos para llegar a la lengua del glaciar mientras el guía nos hacía una breve introducción. Finalmente llegamos al glaciar y tras una breve clase práctica de cómo usar los crampones y subir por el glaciar, comenzamos la subida. Es una experiencia inolvidable, el hielo es azul, cristalino e imponente. Pudimos subir unos 500 m por el glaciar.

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Al fondo el glaciar que ibamos a ascender
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Después de 3 horas de actividad nos llevaron de vuelta a Skaftafell, nos tomamos un café por suerte hoy brillaba el sol en el cielo y el día era muy agradable. Antes de irnos hicimos una pequeña ruta circular de 1,5 h hasta Svartifoss por una zona de bosques (de los pocos en Islandia). Svartifoss es un cascada sobre una pared de basalto, nosotros al llegar dimos vuelta pero en la zona hay múltiples senderos para hacer, alguno que llega hasta el propio glaciar Skaftafelljökull.

Continuamos el camino por la N1. A 60 km está Jökulsárlón, nuestro próximo destino. El camino se hace en menos de una hora pero es imposible no parar maravillado por el paisaje. La carretera va rodeando el glaciar y sus múltiples lenguas y a la derecha vamos bordeando el mar.

Poco antes de llegar a Jökulsárlón en un desvío de la carretera se encuentra si hermana pequeña Fjallsárlón, una laguna producida por el hielo derretido proveniente de una lengua del glaciar. La laguna estaba llena de icebergs y trozos de hielo flotando, eran las 21h y el sol estaba en un punto en el que se reflejaba en el hielo blanco brillante y únicamente nosotros estábamos contemplando ese paisaje precioso a la vez que algo melancólico.

Jökulsárlón, el lago glaciar más grande de Islandia, está lleno de icebergs que se caen de la lengua del glaciar, atraviesan el lago y son llevados por la corriente hasta el mar, por debajo del puente por donde pasa la N1. Hay icebergs enormes y otros pequeños, hay muchos, de hielo cristalino, azulado, reflejan los rayos de sol como espejos. Además, hay numerosas aves marinas zambuyéndose en el agua de la laguna para pescar. Un sitio al que hay que ir, inolvidable.

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Jökulsárlón
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Jökulsárlón
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Jökulsárlón
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Jökulsárlón

Ya eran más de las 23 h y el sol estaba en el horizonte sobre el mar en un atardecer continuo, era el sol de media noche que nos acompañaría hasta Höfn. Aquí en nuestro camino a Höfn que se encontraba bajo la niebla.

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Al fondo bajo la niebla el cabo en el que se encuentra Höfn

LLegamos al camping de Höfn que se encuentra en la entrada, bastante lleno comparado con otros en los que estuvimos, parcelas de hierba al lado del mar en la ensenada de Höfn. Camping completo con duchas de pago como es habitual.

Día 8: Costa sureste y Fiordos del Este

Ruta en coche aquí.

Por la mañana hacía muy buen día, soleado y sin nubes, en la zona este de Islandia hay un tiempo más seco, con menos precipitaciones y temperaturas más altas; y nosotros tuvimos la suerte de disfrutar varios días de sol en esta zona. Es una región más desconocida y con menos visitantes. La N1 se adentra hasta la zona de Lagarfljót y Myvant, pero continuar por las carreteras que bordean la costa merece la pena para contemplar el paisaje de los fiordos y pequeños pueblos pesqueros como Seydisfjordur. Los fiordos del este no son tan espectaculares como los fiordos del oeste pero aun así merece la pena dar el rodeo para visitarlos. En esta zona algunos tramos la carretera pasan a ser de tierra y solo está garantizado su apertura en verano, pero a pesar de ello se puede circular relativamente rápido y es ancha y segura.

El primer destino del día será el monte Vestrahorn. Iríamos por la N1 hasta el desvió que nos lleva a través de varias granjas hasta el café viking, una cafeteria a pie de una larga playa de arena negra. Dejamos el coche aparcado y tomamos un café de camino a la playa, hasta llegar al faro pasando una estación meteorológica. Desde el faro se pueden contemplar leones marinos en las rocas.

leones marinos en las rocas

Volvimos a la playa y dimos un paseo hasta el pueblo vikingo, reconstrucción para el rodaje de una película, compuesto por varias casas, es necesario pagar entrada (600 ISK) en la cafetería. El pueblo vikingo no tiene nada que ver y está en estado de abandono pero el paseo es tranquilo, lo realmente bonito es el monte Vestrahorn desde la playa.

monte Vestrahorn

Volvemos a la N1 y seguimos conduciendo por la costa, pasamos el faro y la playa de Hvalnes, otra larga playa de arena negra con una laguna en el interior, una reserva de aves marinas con multitud de especies de aves diferentes. La N1 continúa durante casi 200 km bordeando la costa antes de adentrarse en la isla. El mar está calmo y a la izquierda quedan altas montañas con cumbres heladas, entre las cumbres y el mar se extienden prados de pastos bajos y más vegetación que en otros lugares de la isla. El primer fiordo que nos encontramos en el camino es Berufjördur, el fiordo más al sur. La N1 lo bordea en toda su extensión, y sin duda los fiordos al norte serán más alucinantes.

Paramos a dar un paseo por el pequeño pueblo de Stöðvarfjörður y después en Fáskrúðsfjörður, ya saliendo de la N1 por la carretera 955. Hacía muy buen tiempo y decidimos pasar la noche en el camping del pueblo. El camping es muy básico con solo 2 baños y dos duchas de pago, está en un descampado a la entrada del pueblo a orillas de un estanque que está al lado del fiordo. La tranquilidad del sitio nos invitó a tomarnos un pequeño descanso y hacer algo caliente de cenar en el campingaz. Aunque para nada era el mejor camping de Islandia a nosotros fue el que más nos gustó pero por motivos claramente subjetivos.

Día 9: Fiordos del Este y lago Lagarfljót

Ruta en coche aquí.

…y aquí 

Hoy tocaba un día de muchos quilómetros, alrededor de 250 kilómetros. La ruta continua por los fiordos más al norte pero también decidimos ir a ver el lago Lagarfljót y Hengifoss si daba tiempo. Día de coche haciendo paradas en múltiples puntos del camino.

Reyðarfjörður

Una opción es seguir por la carretera 955 por la costa hasta los Acantilados de Vattarnes, pero nosotros decidimos ir por la N1 para atravesar las montañas por el túnel que nos lleva a Reyðarfjörður y el siguiente fiordo de mismo nombre, cogimos la carretera 92 hasta el mirador del fiordo.

Continuamos por la carretera 92 hasta Neskaupstaður. Tanto Neskaupstaður como Eskifjörður son pequeños pueblos pesqueros, tranquilos y agradables para dar un paseo, para a comer o tomar algo. E nla zona también hay múltiples rutas de senderismo si tenéis tiempo.

Mjóifjörður

Después volvemos a la N1 y cogemos la 952, camino de tierra por las montañas que llega hasta Mjóifjörður, el fiordo más virgen de los del este. LA bajada por la montaña hasta el fiordo es preciosa y los fiordos del este son realmente un lugar relajante y tranquilos, aparte de preciosos.

Lago Lagarfljót

Nos dirigimos tierra adentro hasta Egilsstaðir. Egilsstaðir es una pequeña ciudad a orillas del lago Lagarfljót convertida en el centro neurálgico de la zona, con supermercados, gasolineras, múltiples alojamientos y empresas dedicadas a los deportes de aventura y al turismo, en ella confluyen las carreteras de la zona de los fiordos y las que se dirigen al lago y hacia el norte a la zona de Myvant.

Nosotros a la ida vamos de paso y posteriormente pararemos a avituallarnos y llenar la furgoneta de gasolina. Ahora cogemos la carretera 95 y después la 931 por el sur del lago. En esta orilla del lago está el bosque Hallormsstadur, el más extenso de Islandia, un área recreacional para el turismo nacional con un camping que tenía muy buena pinta y un hotel.

Hengifoss

Hengifoss se encuentra al final de lago, a unos 35 km de Egilsstaðir independientemente de la orilla del lago por la que vayamos. Dejamos el coche el aparcamiento habilitado y comenzamos la subida. La cascada se encuentra a unos 2 km de subida, la subida es sencilla y lleva unos 30 minutos. Durante la subida a 1,2 km pasamos por otras cascada, Litlanesfoss, con una caída en una pared formada por columnas de basalto. Hengifoss se encuentra en un acantilado con distintos estratos de colores rojizos en una caída de 128 metros de altura. Más info.

Siguiendo por la carretera 933 que sale del lago y poco después subiendo por la 910 se encontraría el cañón de Hafrahvammagljufur, pero la carretera, aunque no es F, no es apta para un vehículo como el nuestro, además de que hay un trecho largo, por lo damos vuelta y volvemos por la otra orilla del lago a Egilsstaðir y paramos a repostar y a comprar en el Bonus y vuelta a los fiordos. Cogeremos la carretera 93 hasta Seyðisfjörður que está a unos 30 km.

Carretera 93

La carretera 93 es una de las más bonitas de toda Islandia. Sube por el medio de las montañas que hay antes de llegar al fiordo y al llegar a la cima pasamos por una zona nevada rodeando el lago Heiðarvatn, otro secreto que Islandia tiene guardado y te revela donde menos te los esperas, en este país el camino es lo bonito y hay veces que no quieres llegar al destino.

Comenzamos a bajar y ya se ve el fiordo y la cascada de Gufufoss. Esta carretera con sinuosas curvas es la que Ben Stiller desciende en monopatín en la película de Walter Mitty.

Seydisfjordur

Y llegamos a Seydisfjordur, el pueblo más grande de los fiordos y adonde llegan los ferrys procedentes del continente y de las Islas Feroe. Es uno de los pueblos con más encanto de Islandia, formado por casas de madera pintadas de colores al igual que las baldosas del suelo. Tiene una pequeña iglesia de color celeste y un puerto al final del fiordo. Se encuentra un buen ambiente con varios bares y restaurantes con música en directo algunos días de verano. Más info por si no os lo creéis aquí.

Nos quedamos a pernoctar en el camping que es de los más completos y ocupados del país y fuimos a cenamos en uno de los restaurantes del pueblo.

Día 10: Zona volcánica de Myvant, Krafla y Hverir

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Dejamos atrás los fiordos y nos dirigimos a la primera parada del norte de Islandia, el lago Myvant. Volvemos por la carretera 93 a Egilsstaðir y de nuevo por la N1 dirección a Myvant. alrededor de 175 km de carretera con contrastes, donde pasaremos de los verdes prados del este a la aridez de los paisajes volcánicos de la zona de Myvant. La N1 discurre paralela al rio Jökulsá á Dal, el más largo de Islandia, que trae aguas provenientes del del glaciar Vatnajökull.

La primera parada es en la cascada Rjúkandafoss, que se puede ver desde la carretera, después de tantas cascadas en los últimos días nuestra exigencia ha aumentado y Rjúkandafoss es bonita pero no tanto como otras que hemos visto previamente en Islandia, no obstante, es accesible desde la carretera por lo que se puede hacer un pequeño descanso.

Rjúkandafoss

Según avanzábamos hacia el norte el día se iba poniendo feo, con nubes y frío, pronto iba a comenzar a llover cuando entrábamos en los campos de lava que hay antes de de llegar a Myvant, por donde pasa la falla con alta actividad volcánica. Esta zona es especialmente activa y los paisajes son únicos, paisajes lunares con colores cobrizos.

La primera parada es la zona volcánica de Krafla a la que se accede desde la N1 por un desvío señalizado a la derecha tras pasar una central térmica. Como dato simpático de camino hay una ducha de agua caliente que funciona continuamente, situada al lado de la carretera para el que se quiera dar una ducha. Nosotros fuimos hasta el aparcamiento de Krafla al lado del cráter de Viti, el más grande de la zona.

Queríamos hacer una caminata por la zona hasta la zona de Leirhnjukur desde el anterior aparcamiento que había pero comenzó a llover y era imposible cruzar el terreno fangoso. Volvimos y paramos en Námafjall Hverir, el campo de calderas y fumarolas pero con la lluvia era imposible y cambiamos de plan, en Islandia hay que improvisar en muchas ocasiones para adaptarse a las condiciones meteorológicas y la Campervan facilita estos cambios de última hora. Mi recomendación si llueve es encontrar la termas o piscinas naturales de agua caliente más cercanas, como nosotros queríamos ir a las piscinas naturales del Myvant, pues decidimos ir ahora. Estuvimos 3-4 horas en las aguas termales, sitio espectacular de nuevo con el contraste entre la lluvia fría y el agua caliente.

El día siguiente volveríamos para atrás para ver lo que hoy la lluvia no nos ha permitido ver bien, pero para dejar todo ordenado lo contaré ahora.

Hverir se encuentra la lado de la N1 entre el lago Myvant y la zona volcánica de Krafla, se trata de una zona con pozas de lodo caliente y fumarolas de azufre. Es un terreno que al verlo piensas que te encuentras en Marte, con un terreno de con colores cobrizos con pozas burbujeantes de lodo y fumarolas de gases y salida de vapores. Sorprendentemente se puede caminar por la zona, aunque vayas con temor, se puede ir con toda la libertad bajo tu propia responsabilidad.

Para acabar el día y como aún era temprano decidimos ir hasta Husavik por la carretera 87 para adelantar tiempo y estar por la mañana temprano para ir a ver las ballenas. Pernoctamos en el camping de Husavik, muy concurrido pero bastante básico con una pequeña cocina y baños antiguos. El camping está al lado del campo de fútbol del pueblo, eran las 12 de la noche y estaban echando un partidillo, en este país tienen un problema con los horarios.

Día 11: Ballenas en Husavik, Asbyrgi, Dettifoss

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Hoy toca ver ballenas en la bahía de Husavik. Husavik es uno de los sitios donde se puede ver ballenas, también hay la posibilidad de hacerlo en Akureyri, Dalvik y Reykjavik. Las empresas de visionado de ballenas se encuentran en puerto del pueblo y nosotros fuimos con North Sailing. Ofrecen varias salidas al día en barco de vela o en pesquero por la bahía de alrededor de 3 horas de duración por 10690 ISK, te dan el traje de abrigo para el viaje y al acabar el recorrido ofrecen un chocolate caliente incluido en el precio. El visionado de ballenas está garantizado porque hay cientos en la bahía durante casi todo el año, además también se pueden ver los pájaros más famosos de la isla, los frailecillos que se encuentran pescando en las aguas de la zona.

Comemos de vuelta en el pueblo y después nos dirigimos por la carretera 95, bordeando la costa, a Asbyrgi pasando por la bahía de Jökulsárgljúfur. Asbyrgi es un cañón con un bosque en el medio rodeado por dos grandes paredes de más de 100m de altura en forma de herradura con una roca de altura similar en el centro formando una isla en el bosque. Asbyrgi es un accidente geográfico diferente en Islandia por la cantidad de árboles que lo ocupan: abetos, pinos y abedules. A la entrada hay una caseta de información en la que explican las diferentes rutas a pie que hay, algunas fáciles por dentro del cañón entre los bosques y otras más complejas que suben hasta el borde del cañón o a la roca central, Eyjan Ásbyrgi. En nuestro caso como queríamos volver a la zona volcánica de Krafla que ayer no pudimos ver bien, hicimos una ruta sencilla por el bosque de una hora sin subir arriba. 

El Diamond Circle es un recorrido de unos 250 km en el norte de Islandia que incluye Myvant, Husavik, Asbyrgi, Detifoss y Godafoss. Siguiendo el recorrido nuestra siguiente parada es Detifoss una de las cascadas más emblemáticas de Islandia y uno de los lugares más visitados en el norte. Para llegar a ella se puede ir por la carretera que por el este o el oeste del río, la 862 y 864 respectivamente. Nosotros fuimos por la 862, la carretera es peor pero las vistas de la cascada son mejores. Aparcamos y fuimos caminado a la cascada por el campo de lava hasta el mirador. Detifoss es la cascada más caudalosa de Europa, con más de 100 m de ancho, el agua hace un enorme estruendo al caer 45 metros en el cañón y llega suspendida hasta el mirador formando un arcoíris. En este caso hay que verla para hacerse una idea real.

Detifoss

Desde Detifoss, caminando poca más de un kilómetro se llega a Selfoss, mucho más tranquila, es una cascada con un encanto especial.

Selfoss

Camino del lago Myvant, cuando llegamos a su orilla cogemos la carretera 848 a nuestro último destino del día, el volcán Hverfjall, un enorme cráter de un kilómetro de diámetro, de color negro intenso y con una forma cónica casi perfecta. Se puede subir por la ladera, hasta el borde del cráter para ver su interior. Desde arriba hay unas vistas maravillosas de todo el lago Myvant y el campo de lava Dimmuborgir. Las vistas increíbles y el cráter todo para nosotros para darle la vuelta al atardecer.

Eran más de las once la noche y nos vamos a descansar después de un día largo, de ver ballenas a subir a un enorme cráter de un volcán pasando por la cascada más caudalosa de Europa.

Día 12: Lago Myvant, Akureyri y costa norte

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…y aquí.

Hoy completaremos el Diamond Circle visitando el lago Myvant y Godafoss, posteriormente iremos a Akureyri y recorreremos la península de Tröllaskagi o península de los Trolls.

Veremos al orilla este del Lago Myvant por la carretera 848 hasta enlazar con la N1. Myvant en islandés significa lago de las moscas pequeñas, las moscas se hacen evidente en esta zona pero no son una gran molestia, excepto le tengáis especial grima. Más allá de la etimología se trata de un lago poco profundo, no más de 4,5 m en la zona más profunda, rodeado de formaciones volcánicas y una población local de aves.

Ya habíamos ido a una de esas formaciones volcánicas, el cráter del volcán Hverfjall. Continuamos dirección sur y lo primero que nos encontramos es el campo de lava Dimmuborgir, un campo donde la lava fue moldeada y se produjeron diferentes formaciones como cuevas y túneles. Hay un sendero con un recorrido circular para poder visitar la zona en poco menos de una hora hasta la formación conocida como Kirkja (iglesia). También hay rutas de 2-3 horas por la zona para los que queráis pasar más tiempo en la zona.

Continuamos rodeando el lado por su orilla hasta llegar a Höfði, un promontorio rocoso con unas vistas maravillosas del lago. Se llega en un corto paseo de 5 minutos desde el aparcamiento y merece la pena parar.

Lago Myvant

En la orilla sur del lago está Skútustaðagígar, una zona de cráteres, realmente son pseudocráteres, formados por el contacto de la lava con el agua. Cuando la lava fluye sobre el agua de lago esta queda atrapada debajo y hierve, se forma vapor que con la presión que produce explota atravesando la lava y formando los cráteres. Dado que solo se pueden producir donde hay agua parece que son bastante inusuales y los hay en pocos sitios más, uno de esos sitios es en la costa de Hawaii. La zona solo se puede visitar por los caminos señalados y hay dos rutas, una de 1,5 km y otra de 3 km. Llama la atención que la zona tiene un prado muy verde lleno de flores, que parece que estemos en la campiña inglesa o el norte de la península Ibérica. Es una buena zona para avistar aves si os gusta.

Abandonamos el lago Myvant y volvemos a la N1, nuestra próxima parada es Goðafoss, que se encuentra en la propia N1 a medio camino entre Myvant, Husavik y Akureyri, a media hora de Myvant. Allí mismo comienza la carretera F 842, conocida como Sprengisandur que nos llevaría hasta la tierras altas, al volcán Hekla y hasta Landmannalaugar, pasando por la impresionante y escondida Aldeyarfoss. Goðafoss, o cascada de los dioses, es una de las más bonitas de Islandia. El nombre se debe a que cuando el parlamento (Alpingi de Thingvellir) alrededor en el año 1000 propuso el cristianismo como la religión oficial de la isla cuenta la leyenda que tiraron a esta cascada todos los ídolos e iconos paganos que había.

Ya quedaba poco para llegar a Akureyri, la segunda ciudad en población de Islandia, y nos entró el hambre. Decidimos parar en un aparcamiento con mesas que hay al otro lado del fiordo y desde donde tenemos estás preciosas vistas de la ciudad y las montañas nevadas al fondo.

Día 13: Leones marinos en la península de Vatnsnes

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Día 14: Penínisula de Snaefellsnes

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…y aquí 

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