Dia 5: El día de las Foss, día de cataratas.

Ruta en coche aquí.

Gluggafoss

Comenzamos el día y nos dirigimos por la carretera 261 hasta la primera foss que veríamos, Gluggafoss. Una cascada de 44 m en el río Merkja, por lo que también es conocida como Merkjafoss. Lo especial de esta cascada es que el agua al caer con fuerza ha erosionado la roca creando agujeros en la pared en forma de ventanas a través de las cuales se puede ver la propia cascada. Eso hace el efecto de que la cascada tiene ventanas y de ahi su nombre, Gluggar significa ventana en islandés.

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Gluggafoss

Continuamos la ruta por la carretera 250 para volver a la N1 donde vemos por primera vez los extensos campos de una flor violeta, la Lupina de Alaska. Es un planta de fácil crecimiento introducida para evitar la erosión del suelo desnudo sin vegetación que había, pero precisamente por su fácil crecimiento se encuentra fuera de control y se extiende por el sur de Islandia donde se pueden encontrar extensos campos violetas. El hecho es que los campos son bonitos de ver porque el color es muy vivo e intenso pero la planta está considerada como invasora. 

Campos de Lupina con su característico color violeta

Gljufrabui

En la N1, en un desvió, por la carretera 249, se encuentran las siguientes «foss» del día, las dos juntas, Gljufrabui y Seljalandsfoss. Son dos de las cascadas más especiales de Islandia. Aunque ya no forman parte de Golden Circle todavía están cerca de Reikjavik por lo que nos encontramos a mucha gente.

En primer lugar fuimos a Gljufrabui. Lo más impresionante de esta foss es que puedes entrar hasta debajo de ella, para ello hay atravesar una grieta en la pared a través de la que sale el río saltando de un piedra a otra. Una vez dentro hay una gran roca sobre la que cae el agua y se puede presenciar toda la fuerza del agua cayendo y el estruendo que produce dentro de la garganta. Imprescindible llevar chubasquero o poncho para protegerse del agua.

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Gljufrabui

Seljalandsfoss

Nos dirigimos caminando a la vecina Seljalandsfoss, una de las «foss» más conocidas y concurridas. La cascada cae sobre una pequeña poza creada por la propia caída del agua. Es un espectáculo por su altura y sobretodo es especial porque se puede pasar por detrás de al caída del agua, dado que la roca se mete hacia adentro y hay un sendero que transita entre la pared y la caída del agua. Importante una vez más el poncho o chubasquero.

Seljalandsfoss
Seljalandsfoss
Seljalandsfoss
Seljalandsfoss

Antes de irnos nos tomamos un cafecito para entrar en calor ya que estaba siendo un día frío y húmedo. Hay muchos cafés en la isla, algunos de ellos en lugares remotos. El café que se sirve suele estar bueno y la mayoría de los sitios tienen pasteles y bizcochos a elegir, muy recomendables aunque muy caros, como el resto de cosas.

Skogafoss

Quedaba una «foss» más, la última del día: Skogafoss, pero antes una parada en el camino para comer. Con el día que llevamos empapados por la lluvia y con algo de culpa por nuestra parte por acercarnos a las cascadas, nos decantamos por comer de caliente y en un sitio bien.

Por el camino, en la N1, se encuentra el restaurante-granja Gamla fjósið. Entre el mar y Eyjafjallajökull, volcán cuya nube de ceniza paralizó Europa en el 2010 y puso a Islandia en el mapa y con ello paradójicamente aumentó el turismo en la isla.  En esa zona depositó sus cenizas y se encuentra este restaurante construido en un antiguo establo de vacas en el que se sirven los productos de su granja, principalmente a base de ternera. Nos comimos una hamburguesa y un bocadillo de ternera tras la siempre recomendable sopa del día. Claramente, Islandia no es el lugar más adecuado para hacer dieta.

Skogafoss, situada en el pueblo de Skoga en un desvío de la N1 bien indicado, es una cascada de unos 60m de altura y más de 20m de ancho que se puede ver desde la propia N1. Tras el aparcar en el aparcamiento del camping se va caminando por al lado del río hasta llegar a la cascada, de hecho, es posible acercarse mucho a ella, sin limites, hasta donde cada uno quiera llegar. Una vez ahí hay un sendero con escaleras en el lateral para subir hasta lo alto de la cascada y contemplar la caída del agua.

Skogafoss

Skogafoss

El sendero que sube por el lateral de Skogafoss es el comienzo de una de las rutas de senderismo más espectaculares de Islandia, Laugavegurinn, una ruta en 4 etapas que llega hasta Landmannalaugar desde Thorsmörk, un páramo yermo y volcánico ineludible para aquello que le guste el senderismo de montaña o el trekking. Si se añade otras 3 etapas a la ruta llegaríamos desde Skogafoss hasta Thorsmörk, por una ruta llamada Fimmvördahals que atraviesa Godaland, un paraje que se encuentra entre los glaciares de Eyjafjallajökull y Myrdalsjokull. Debe de ser una experiencia inolvidable pero en nuestro caso no teníamos tiempo y solo podemos soñar que algún día lo realizaremos. Más información aquí o aquí 

Skogafoss

En el pueblo de Skoga hay un camping con vistas a Skogafoss pero nosotros decidimos seguir adelante en nuestro camino, en todo caso parece un camping muy recomendable por el atractivo del paisaje y por poder dormir con el estruendo de la cascada al fondo.

Solheimajoküll

Ya era tarde, las 11 pm pasadas, y nos quedaba una última parada: Solheimajoküll, una lengua del glaciar Myrdalsjokull, accesible por la carretera 221 desde la N1. Al llegar hay un aparcamiento y un café que a esas horas se encontraba cerrado. El glaciar se encuentra al fondo de una laguna helada, un paisaje bucólico. En nuestro caso el primer glaciar en todo su explendor que veíamos pero no sería el último en el viaje.

Solheimajokül

Finalmente llegamos a Vik, destino final de un día muy completo. Cansados nos dirigimos al camping. El camping de Vik es grande y está bien equipado con un número grande de parcelas con suelo de gravilla y con cocina y baños nuevos y limpios. Las duchas son de pago con monedas. Cuando fuimos estaba en obras de ampliación, construyendo bungalows y ampliando el edificio.

Muchos Otros campings estaban ampliándose en esta época de aumento del turismo. Es evidente que los servicios son deficitarios para la afluencia de turismo en ascenso y poco a poco se está aumentando la oferta. Hay que tener en cuenta que con la poca población de la isla eso llevará tiempo, aunque se puede encontrar muchos extranjeros trabajando en el sector del turismo y de hecho nos encontramos con bastantes españoles en varios campings y restaurantes. Probablemente el encanto de Islandia radica en que no se masifique y no toda la isla se convierta en el Golden Circle.

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