Día 4: Landmannalaugar. Trekking en las tierras altas de Islandia

Ruta en coche aqui.
Este era uno de los días más especiales en todo el viaje. Ibamos a Landmannalaugar. Landmmanalaugar es un paraíso en el centro de la isla entre los glaciares más grandes de Islandia. Gracias a su aislamiento es un lugar único. Una zona volcánica con campos de lava y de cenizas, montañas desnudas de roca volcánica en múltiples tonos (marrones, rojo, azules, verdosos…), pozas de agua caliente y de baños termales que le dan su nombre dado que Landmmanalaugar significa «el baño del hombre». En Landmmanalugar se puede realizar uno de los mejores trekkings de todo el planeta.
Para llegar a Landmannalaugar es necesario ir en un vehículo 4×4 dado que la pista para llegar es de tierra sin pavimentar y hay que atravesar zonas escarpadas, campos de lava, zonas arenosas y vadear ríos. Aquellos que tengáis 4×4 podéis ir por vuestra cuenta. Nosotros fuimos en un bus 4×4 con la compañía Trex. Sale desde Reikjavik y hace parada en Selfoss y Hella, aunque tiene más paradas.
Nosotros decidimos ir por nuestra cuenta en coche y cogerlo lo más lejos posible, así era más barato e íbamos menos tiempo en el bus. Fuimos por la carretera 26, que forma parte de la ruta del bus y lo cogimos en la parada de Leirubakki donde hay un camping y un hotel y se puede dejar la campervan aparcada. El coste ida y vuelta fueron 19000 ISK por persona. El bus llegó puntual a las 8:40. Se trataba de un bus viejo, de al menos 30 años, adaptado para atravesar las Tierras Altas con suspensión alta y ruedas más grades y tracción a las cuatro ruedas.
El viaje fue cómodo y el paisaje de camino excepcional, volcánico, inhóspito, lunar, como solo es posible encontrarlo en Islandia, una consecución de campos de lava y ceniza, con una mezcla de colores grises de la ceniza, marronáceo y rojizo de las montañas de roca desnuda sin ningún árbol ni vegetación, atravesados por ríos de aguas cristalinas provenientes del glaciar.


Se llega a un campo base en el que hay un camping y un aparcamiento donde aparcan todos los buses. El camping es básico con baños, mesas para comer y una pequeña tienda dentro de un viejo autobús. Se puede pasar la noche en el camping si se quiere disfrutar más tiempo de la zona ya que Landmannalaugar es el punto de llegada y salida de múltiples rutas de montañismo. Allí hay un punto de información que ofrece detalles sobre las diferentes rutas que se pueden realizar.
Nos decidimos por una ruta circular de unas 4-5 horas de nivel medio. La ruta empieza subiendo por una montaña de rocas desnuda sin nada de vegetación con momentos de verdadero vértigo en algunos puntos de subida escarpada y por la cercanía al borde. Una vez llegada a la cima las vistas de las montañas de la zona en distintos tonos son inolvidables.
Continuamos cruzando zonas con una capa ligera de nieve hasta bajar por la parte de la ladera menos escarpada hasta llegar a un rio con agua del glaciar y dirigirnos al campo de lava pasando por una zona de fumarolas. Tras 4-5 horas de caminata volvemos al campamento algo antes de tiempo dado que tras un día de intenso sol, el primero desde nuestra llegada, estaba comenzado a llover. La experiencia ha sido increíble, caminar por una zona tan inhóspita, infinita hasta donde la vista alcanza y con un paisaje volcánico único y sin cruzarte con nadie en horas.









Volvimos en el bus y tras recoger la campervan nos fuimos hasta Hvolsvöllur, un pequeño pueblo en la intersección con la N1 con una gasolinera y un supermercado, más pequeño que Hella, pero dado que estaba lloviendo queríamos avanzar para el día siguiente estar unos kilometros más cerca del siguiente destino.
Con idea de descansar y dormir fuimos hasta el camping de Hvolsvöllur, Tjaldsvæðið Hvolsvelli, fue el peor en el que estuvimos en toda la ruta. Es un simple descampado que con lo lluvia caida estaba anegado y se había convertido en un pantanal. Aparte solo tenía un par de duchas con agua caliente de pago, 300ISK, por lo que si no tienes monedas no te podías duchar dado que no había nadie atendiendo, y una cocina de 2×2 sin utensilios y sucia. Además tenía únicamente cuatro árboles por lo que no había protección posible de la lluvia o el viento, una mala noche, aunque con el cansancio Vimos una peli y a dormir. Eso sí, la dueña apareció al día siguiente solo para cobrar, sin ni siquiera bajarse del coche.
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